"El Juego del Silencio" es un ejercicio práctico desarrollado por María Montessori para ayudar a los niños a cultivar la paz interior y la concentración. En este juego, los niños se sientan juntos en un círculo y tratan de permanecer callados y quietos durante un período de tiempo determinado, generalmente alrededor de tres minutos.
Durante este tiempo, se anima a los niños a centrar su atención en su respiración y observar sus propios pensamientos y sentimientos. El objetivo del juego es ayudar a los niños a desarrollar una mayor autoconciencia, autodisciplina y concentración, así como a cultivar una sensación de calma y paz.
Montessori creía que este tipo de actividad era esencial para el desarrollo de los niños, ya que les ayudaba a desarrollar su capacidad de concentración, control de sus impulsos y estar más en sintonía con sus propias emociones y estados internos
debíamos permitir a las niñas y niños trabajar con herramientas reales, que les diéramos la libertad de elegir en qué trabajar para perfeccionar sus habilidades con el tiempo. Los niños y niñas viven este proceso como un juego y aprenden con la experiencia, jugando y emocionándose
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